Cómo hacer una limpieza facial profunda

Empieza a llegar el buen tiempo y de repente, casi sin darnos cuenta, nos encontramos en la época de las bodas, los bautizos, las comuniones (la ya conocida como temporada BBC), y casi de repente también nos entran las prisas y los nervios por llegar perfectas a estos eventos.

Como casi siempre, hemos dejado los deberes para el final y ahora vemos que tendríamos que habernos puesto a dieta antes, que las sesiones en el gimnasio no nos funcionará con tan poco margen y que nuestra piel está apagada y no la hemos cuidado lo suficiente para que luzca con su mejor imagen.

En lo referente a nuestra silueta, lamentablemente ya no tenemos apenas tiempo para recoger el fruto de nuestro esfuerzo, pero sí para lucir una piel impecable y bonita. La clave está en hacer una correcta limpieza facial profunda.

Con las prisas del día a día, y siendo sinceras, en muchas ocasiones llegamos tan cansadas por la noche que como mucho nos desmaquillamos  y/o nos lavamos la cara simplemente con agua y jabón para retirar los restos de maquillaje y limpiar la piel de las  impurezas acumuladas durante  toda la jornada.

La piel del rostro, al igual que el resto de piel de nuestro cuerpo sufre una continua renovación, proceso que se vuelve más lento con los años. Las nuevas células que se generan en las capas más profundas de la piel van subiendo poco a poco hacia las capas más externas y cuando llegan a la superficie de la piel lo hacen sin vida. De esta manera, cuando estas células muertas se acumulan en la superficie, la piel adquiere un aspecto apagado y cansado. Con una limpieza facial profunda exfoliamos la capa superficial y quitamos las células muertas, favorecemos la oxigenación de la piel y la formación de nuevas células, quedando la piel más trasparente, traslúcida y con un tono más uniforme.

La limpieza más importante es la de la noche porque eliminas toda la suciedad que hayas podido acumular a lo largo del día y desmaquillas la piel, limpiando los poros y evitando que se creen granitos y puntos negros. La de la mañana ayuda a eliminar el posible sebo que se haya producido durante la noche, especialmente las pieles grasas y algunas células muertas, también ayuda a mantener la piel fresca y a regular la producción de sebo durante el día.

Para hacerte una limpieza facial profunda no es necesario acudir a tu centro de estética, también puedes hacerla tú misma en casa, siguiendo este sencillo ritual:

  • 1. Desmaquillar, limpiar y tonificar. Desmaquilla y limpia tu rostro completamente, usa el producto más adecuado a tu tipo tu piel, incluso si no estás maquillada.  En el mercado encontrarás multitud de productos para limpieza facial, diferentes formatos y presentaciones: leche limpiadora, gel, espuma, aceite o agua micelar, para el rostro, los labios y los ojos. Después aclara la cara con agua templada y aplícate tu tónico habitual con un algodón y a toquecitos.
  • 2. Exfoliar. La exfoliación de la piel es un paso muy importante de tu rutina de belleza si quieres lucir una piel sana y bonita. Es un tratamiento que debes hacer cada 7-15 días (no a diario, para evitar que tu piel se reseque y descame). Según el tamaño del grano, la crema será más o menos abrasiva.

Extiende sobre la palma de tu mano una pequeña cantidad de gel exfoliante y distribúyelo con la yema de los dedos en tu rostro con suaves movimientos circulares para eliminar de forma eficaz las células muertas sin dañar la dermis. Los movimientos siempre deben ser ascendentes y desde el centro del rostro hacia las orejas, para facilitar que la piel se mantenga más firme y rejuvenecida.

No es necesario frotar mucho tiempo la piel, pues las células muertas se eliminan fácilmente gracias al grano del producto. Y si lo aplicas con mucha fuerza sólo conseguirás enrojecer tu rostro y el producto es igual de efectivo. Evita el contorno de los ojos y los labios y humedece previamente la piel para esparcir mejor el producto. Nunca lo apliques sobre la piel seca!  Después retira el producto con agua fría para cerrar los poros de la piel y aplica nuevamente tónico.

Recuerda que el tónico es siempre el primer paso de un tratamiento. Esta loción deja tu piel equilibrada y preparada para que penetre en profundidad el tratamiento que te vayas a aplicar a continuación.

    • 3. Mascarilla. Elige una mascarillaadecuada al estado de tu rostro. Hay de muchos tipos: purificantes, relajantes, hidratantes, nutritivas, oxigenantes, …, y en diversos formatos (en crema, en tisú, …).

Cubre todo tu rostro con la mascarilla y, muy importante, nunca dejes de aplicarla también en la zona del cuello y escote, ya que además de ser también una zona muy delicada suele ser la gran olvidada y agradece los mismos cuidados que el rostro. Déjala actuar durante 15-20 minutos y relájate mientras la llevas puesta. Para finalizar, retira la mascarilla (si la mascarilla es en crema, retírala cuidadosamente con agua tibia y la ayuda de una esponjita facial). Luego seca tu rostro y aplica tus productos habituales de tratamiento.

  • 4. Hidratar y tratar. Pon tu contorno de ojos, tu serum y tu crema habitual de tratamiento. Si tu piel es propensa a las manchas trátalas con un serum específico con vitamina C para combatirlas.

¡y luce una piel perfecta!

Source: Feed 1


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